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CONSEJOS

MUY PRONTO "CONSEJO DE LOS ESPECIALISTAS"

Es inevitable nombrar el agua cuando hablamos de salud y bienestar.
Es por eso, que para una mejor calidad de vida, aquí, tendrás sus consejos en distintos temas.

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  • Piel y Agua



La alimentación durante el embarazo 
Lic. Laura Laborde (Nutricionista) M.Nº:3244 - Centro de Diagnóstico Dr. Enrique Rossi

Cuando pensamos en la alimentación de la embarazada debemos pensar en una nutrición racional y adecuada, principalmente porque durante esta etapa fisiológica de la vida de la mujer tiene una importante influencia sobre el buen curso del embarazo.
Por otra parte, una adecuada alimentación es la mejor herramienta para prevenir complicaciones como partos prematuros y otras alteraciones en el desarrollo del recién nacido –bajo peso al nacer y talla disminuida entre otras-.


Cuantas calorías debe comer una embarazada?
Tomando como base la cantidad de calorías que come habitualmente para mantener un peso saludable, y partiendo de que tiene un buen estado nutricional, será necesario agregar de 300 a 400 calorías diarias en la alimentación de la futura madre.
Es interesante destacar que para que se aprovechen bien las proteínas, la cantidad de calorías que deben ser ingeridas por día no serán menores de 36 calorías por kilo de peso saludable, lo que significa que una mujer de 55 kilos consumirá alrededor de 2000 calorías por día.

Los minerales, vitaminas y oligoelementos en el embarazo.
Con respecto al calcio, las necesidades durante el embarazo son casi el doble de lo habitual, y es imposible cubrir dicho requerimiento sin productos lácteos, ya que el calcio proporcionado por los vegetales y los cereales se encuentra en menor cantidad. Se sugiere por lo menos 750 cc entre leche o yogur, además de una porción de queso no menor a los 100 gramos.
Las necesidades de hierro también aumentan, y es muy difícil que se cubra sólo con la alimentación, por lo que se suele dar un suplemento. Se necesita una cantidad regular de carnes -especialmente vacuna, cuyo hierro se asimila mejor-, sobre todo si esta favorecido por la presencia de vitamina “C” (tomate, cítricos, kiwi, etc.). La absorción del hierro aportado por los cereales integrales, las verduras y las legumbres es menor, y puede estar interferida por la presencia de fibra. Se recomienda una porción de carne roja de 200 gramos todos los días y además 4 veces por semana igual porción de carnes blancas. Huevos una unidad día por medio.
Todas las vitaminas son esenciales para el metabolismo de los tejidos y mucho más en el crecimiento, razón por la cual las recomendaciones nutricionales están aumentadas.
Particularmente debe aumentarse el ácido fólico, que lo encontramos en verduras de hoja, hígado, banana, riñón, nueces, naranja, soja, huevo.
La mujer embarazada necesita magnesio, por lo que se aconseja el uso de cereales, copos, ciruelas y bananas.
Por otra parte, el papel que cumple el fluor en la formación del esmalte dental indica también la importancia de su aporte. Alimentos como cebada, trigo, maíz, arroz, pescado, porotos, papa y soja son ricos en fluor.

En cuanto a los líquidos, una ingesta diaria de un litro y medio de agua pura permite un buen trabajo renal y es una forma de prevenir infecciones urinarias.
El Agua en la Lactancia
Desde que está en la panza de la madre el bebé se encuentra inmerso en un medio acuático. Al nacer deja ese espacio y comienza a ser alimentado por la  leche materna  que está compuesta por un 90% de agua. La misma sacia la sensación de hambre y sed. Por ésto es indispensable que la mamá ingiera no menos de 2 litros de agua por día.

En un niño pequeño, el 83% de su cuerpo  está constituido por  agua. Conforme va creciendo, el porcentaje de agua en su cuerpo va disminuyendo, hasta llegar a un 60% en un hombre adulto y a un 45% en una mujer adulta.

Durante el período  en que el lactante se alimenta sólo con leche materna no suele necesitar líquidos adicionales. Encontramos excepciones a esta situación en el caso de calor extremo o pérdidas aumentadas por fiebre y diarrea.

A partir de los seis meses el lactante ya está en condiciones de comenzar a incorporar alimentos  complementarios a la leche materna en su dieta. En este momento, al haber una mayor carga renal de solutos es necesario brindar agua con frecuencia ya que la obtenida por ingesta de leche materna u otros alimentos resulta escasa.

Los niños necesitan consumir más agua que los adultos para evitar la deshidratación.
Dado que en este período es difícil diferenciar la  necesidad de satisfacer sed o hambre en el bebé, se debe controlar constantemente la ingesta de agua.